Vivir consiste en construir futuros recuerdos (Ernesto Sábato)
Recordar consiste en construir pasadas vivencias (Josef Manwell)

domingo, 23 de mayo de 2010

Los placeres y los días

Hoy hace un mes. Lo recuerdo muy bien porque el día tenía el mismo número de doses. En ese momento, como si la vida se plegase sobre sí misma, comencé a dormir tantas horas de siesta como de noche. Empezó como un premio, un regalo que me hacía tras la insípida comida, un dulce postre que ignoraba el café. Ligeramente reclinado me protegía del frío con una fina manta de lana y tras quince minutos de lectura que me transportaban a la Rusia de los zares, con resignación me retiraba los lentes y los dejaba sobre la mesa contigua. Caía entonces en un profundo sueño imposible a otras horas.

Al cabo de media hora despertaba, y sin moverme, dirigía mis ojos al reloj de pared. Sólo entonces cerraba la boca y tragaba, como de vuelta de un viaje, inerte. Comprobé con agrado que mi despertar sorprendía a las agujas, cada vez más lejos, circunstancia que achaqué al insomnio nocturno, y que, ignorando las recomendaciones de la señora Banjac, compensaba con estos descansos. Confiaba más en las pautas de Darbón que primaba la necesidad de conciliar el sueño, fuera a la hora que fuese. Así pues, como un balancín que se vence lentamente hacia un lado, la siesta crecía en proporción al modo en que menguaba la noche, y me escapaba, como vampiro, de la luz, y con ello, de la compañía.

Tornó mi vida de dirección, transportada en un tren solitario que se cruzaba, a la salida del túnel, con otro repleto, e ignoraba lo que ocurría en otras vías. Otro mundo, opuesto pero complementario, se me ofrecía, y en él, lo intentaría de nuevo.

Hacía ya tiempo que no utilizaba la cama por las noches. El diván de lectura la sustituyó por ineficaz, pero hoy he pensado en perdonarla y volver a ella. Eso sí, de día.

2 comentarios:

  1. Si el protagonista se acuesta a siesta a diario, normal que los lectores nos quedemos con ganas de empaparnos de sus vivencias, según dice duerme tantas horas de siesta como por la noche, por lo tanto, la mitad de su vida en el último mes.
    En mal momento que envicié en venir a leer sus correrias, pero al menos él lo disfrutará.

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  2. Hola Purificación, no entiendo el cálculo que le haces a Josef. Las horas de sueño diurno van creciendo y las del noctucto, menguando, de modo que, ahora, duerme de día y se echa una pequeña siesta de noche. No es que sea vago, es que creo que se siente más cómodo yendo contra corriente. En todo caso, saber que le lees, seguro que le anima en su trabajo.

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